16/07/2020 10:32 Lectura: 2 min (612 palabras)
Incertidumbre por ahora, Decisiones en espera
En el contexto internacional, el año 2020 será difícil. Según Kristalina Georgieva, Directora General del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento económico global este año será "fuertemente negativo" y para 2021 solo se verá una "recuperación parcial". "Hace solo tres meses, esperábamos un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros en 2020. Hoy, ese número ha cambiado: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo este año", vaticinó Georgieva. Según proyectó, los mercados emergentes y los países en desarrollo serían los más afectados y requerirán cientos de miles de millones de dólares en ayuda exterior.
De acuerdo a los expertos Fernando Santiago, de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, y Fernando Vargas, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) las fuertes implicaciones asociadas a COVID-19 en el ámbito de la salud y la dinámica social (CEPAL 2020), los efectos sobre la economía son palpables. Las medidas de confinamiento y de distanciamiento social, combinadas con el parón de la actividad económica han interrumpido el comercio y la inversión, además de que el cierre de numerosos negocios que en condiciones normales serían perfectamente viables, amenaza con elevar los niveles de desempleo en toda la región.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe prevé una caída del PIB de la región en 2020 de alrededor del 5, 3% (CEPAL 2020b), seguida de una recuperación del 3, 4% en 2021 (FMI DataMapper). La pérdida de dinamismo en las dos mayores economías de la región, Brasil y México, afecta las perspectivas de crecimiento en la zona (CEPAL 2020a). Ambos países se encaminan hacia la peor crisis económica de su historia reciente. En el caso de México, la contracción del PIB alcanzaría hasta -8, 8% en 2020, y una recuperación de hasta el 4, 1% en 2021, con amplias variaciones según diversos escenarios y supuestos respecto a las afectaciones asociadas a COVID-19 (Banco de México 2020). En Brasil, las cifras oficiales sugieren una reducción de hasta el 4, 7% en 2020 y un repunte del 3, 2% en 2021 (SPE 2020).
La visible disminución de los niveles de producción vendrá acompañada de efectos menos evidentes en el corto plazo, pero muy importantes en el nivel microeconómico, como la caída en la productividad de las empresas debido, al menos, a dos factores: i) destrucción de empleo y consecuente desmantelamiento de equipos de trabajo intra y entre empresas, cuyo conocimiento productivo adquirido mediante años de operación será muy difícil de reconstruir (Kellog 2011); y, ii) las eventuales ganancias de productividad asociadas a la innovación se verán atenuadas, porque la inversión en innovación tiende a ser procíclica; es esperable que el gasto en I+D, ya en niveles endémicamente bajos en la región, disminuya de manera significativa (Fabrizio & Tsolmon 2014).
Asimismo, la competitividad podría verse afectada por los mayores costos de operación asociados a estrictos protocolos de bioseguridad requeridos para que las empresas manufactureras retomen sus operaciones en la región. A la necesidad de nuevos insumos para operar (servicios de higienización, transporte de empleados, modificación de infraestructura, entre otros), se suman restricciones a la cantidad máxima de trabajadores que pueden compartir un espacio, afectando la capacidad de producción.
Por último, habrá que esperar un rato más, para ver el desenvolvimiento del Covid19 en Brasil, México, Perú y Colombia, y las medidas que tomen los gobiernos de turno en la región. Por ahora el futuro próximo es incierto.
Se requieren decisiones innovadoras para avanzar en cuanto a reformas de leyes, digitalización del Estado Nación, cambios culturales, entre otros aspectos. Dr. José Leal CEO de Educfy -Instituto de Estudios Estratégicos- Investigador Académico Instagram: @educfy
Fuente: https://news.un.org
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